jueves, 22 de enero de 2015

Esperanza

Un día me levante pensando que sería el día en el que mi vida iba a cambiar por completo. Tenía la esperanza de que todo cambiara, todo lo pasado quedara atrás y comenzara un nuevo día, con nuevas alegrías y esperanzas.
Las horas pasaban, y cada segundo era como el anterior. A la monotonía se le unía el sentimiento de vacío, algo faltaba, pero no sabía qué era. De pronto, apareció. Era tarde para comer pero ahí estaba. No la había visto nunca, pero noté algo diferente. En poco tiempo, el día había tornado en algo vivo, insólito, brillante y deslumbrante, era muy guapa. De pronto, comenzaron las preguntas, quería saberlo todo. De repente comenzó ese sentimiento de ambición, de querer saberlo todo, conocerlo todo, e intentarlo todo para conseguir que un despertar repentino no se convirtiera en un impulso involuntario de un corazón moribundo.

Allí estuvo, estaba, está, ¿estará? Después de tanto tiempo puedo decir que realmente en un día, un momento le puede cambiar la vida a cualquiera, y revivir aquello que cree olvidado.

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