Eres como una princesa, con la diferencia de que yo no voy a
jugar contigo.
Eres frágil como el vidrio, pero yo no probaré tu
resistencia.
Eres muy sensible, pero tranquila, yo no te voy a hacer
llorar.
Eres tan bonita, que hasta las más oscuras tinieblas
eres capaz de iluminar.
Eres tú misma, y quien no lo sepa apreciar, que se gire, de
la vuelta, y no te vuelva a mirar.
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